Champiñones marinados con tomillo limón




Me compré una caja grande de champiñones, porque tenían buena pinta y estaban muy baratos. El otro día los tomé al ajillo y hoy quería hacer algo nuevo, así que he probado a marinarlos. El resultado ha sido buenísimo. En casa, les han gustado mucho. Me he basado en una receta de Martha Stewart, aunque he cambiado el orégano, que ella usa, por tomillo limón. Nunca había comprado tomillo limón, pero el otro día lo vi y pensé que estaría bien para perfumar algún plato. Podéis usar otra hierba aromática, pero para esta receta os aconsejo que sea fresca, no seca, para que los champiñones puedan absorber todo su perfume.




Yo tengo una relación especial con los champiñones. A veces los como todo el tiempo y, después, pasan meses sin que los pruebe.

Cuando estudiaba en Salamanca, fui vegetariana dos años. Bueno, ovo-lacto-vegetariana. No lo fui por ninguna razón especial. Un día deje de comer carne y, cuando me di cuenta, habían pasado dos años. Lo más curioso es que, antes de esa etapa, no me gustaba mucho la carne. Después de esos dos años, me apasiona. Una de mis comidas favoritas es un entrecot poco hecho.

Bueno, pues la etapa final de esos dos años, me dio por comer champiñones todos los días. No comía otra cosa. Estuve un mes entero comiendo champiñones al mediodía. Y los hacía siempre de la misma manera, que ya no recuerdo bien como era. Les echaba zanahoria rallada, huevo duro y no sé qué más. El tema me preocupaba, no creáis, pero me sentía incapaz de comer otra cosa. Me acordaba de la película “Woyzeck”, de Herzog, protagonizada por Klaus Kinski. En esta película, el protagonista es un soldado con el que un médico está haciendo un experimento. El experimento consistía en mantenerlo con una dieta exclusivamente a base de guisantes.

No recuerdo cómo terminó aquella fase, supongo que sin más. Un día comería otra cosa  y punto. Lo que sé es que marco el fin de mi vegetarianismo.

Ingredientes:
500 g de champiñones
Un manojo de tomillo limón (u otra hierba aromática fresca)
Un limón
2 cucharadas de vinagre balsámico blanco (u otro vinagre blanco)
6 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen
Una cucharadita de sal
½ cucharadita pimienta molida
Picamos el tomillo, o la hierba aromática que hayamos  elegido.

Limpiamos los champiñones y los cortamos en láminas.
Añadimos el zumo de limón.
A continuación, el resto de los ingredientes. Mezclamos bien.

Dejamos reposar al menos medio hora, pero estará más rico si lo dejamos más tiempo, incluso toda la noche. Yo los tuve dos horas y estaban exquisitos.
La sensación no es de champiñones crudos, sino cocinados. Están blanditos y llenos del sabor del tomillo. Muy aromáticos.

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