Pastel de manzana, almendra y crema de queso







Me han aparecido, perdidas en una carpeta del ordenador, las fotos de este pastel. Me dio pena verlas allí, porque me gustó mucho cómo quedaron, así que decidí rescatarlas y publicar esta entrada. De hecho, es la foto que tengo en la portada de Facebook. Además, el pastel estaba riquísimo. Lo hice en julio del año pasado, cuando iba a irme de vacaciones, con las cosas que quedaban en la nevera. 

Os daréis cuenta de que no hay  fotos de los ingredientes, ni de los primeros pasos. La empecé a hacer sin intención de publicarla, pero, al ver cómo me iba quedando, cambié de opinión. Al final, con las vacaciones se me olvidó.

Este tipo de pastel admite muchas versiones. Es una receta de aprovechamiento. Lo podéis hacer con cualquier fruta que tengáis con casa. También con cualquier fruto seco. Si os apetece, y no tenéis frutos secos, podéis poner harina. La crema de queso se puede sustituir por nata.

Os dejo una reconstrucción de lo que hice, según lo recuerdo. También os digo las cantidades de los ingredientes, aunque en su momento yo lo hice a ojo.








Ingredientes:
4 manzanas golden
100+100 gr de azúcar
200 gr de almendras
1/4 cucharadita de vainilla en polvo
4 huevos
200 gr de crema de queso (tipo Philadelphia)
Una cucharada de azúcar glass (opcional)




Encendemos el horno a 170ºC, sin gratinador.

Pelamos y partimos la manzana en gajos finos.

Ponemos 100 gramos de azúcar en una sartén a fuego suave para hacer un caramelo. Damos vueltas con una cuchara de madera hasta conseguir un color dorado. Es importante que no se nos queme. Si queda algún grumo no importa, se terminará disolviendo.

Añadimos la manzana y dejamos que se haga unos 10 o 15 minutos hasta que empieza a ablandar.




Mientras tanto, molemos las almendras y les añadimos la vainilla.





Yo molí las almendras en la Thermomix y ya seguí haciendo la masa allí. No hace falta Thermomix. Se puede hacer con cualquier batidora, amasadora o a mano. No es una receta de preparación nada delicada.

Añadimos los huevos enteros, la crema de queso y el resto del azúcar. Batimos todo bien.










Echamos esta masa sobre las manzanas caramelizadas. Mezclamos bien.










Cubrimos el fondo de un molde desmoldable con papel de hornear. Los bordes los untamos con mantequilla. Podemos usar también una fuente de horno bonita y hacerlo allí. En ese caso, no lo desmoldaríamos al final.

Vertemos la mezcla en el molde.








Horneamos hasta que esté cuajado. Sabemos que esté cuajado cuando al introducir un palillo o cuchillo en el medio del pastel, éste sale seco. Creo que fueron unos 40 minutos. Si vemos que se nos dora en exceso, cubrimos el molde con otra hoja de papel de hornear. 







Dejamos enfriar unos minutos y desmoldamos.








Espolvoreamos, si queremos, de azúcar glass.








Este pastel está muy rico tanto tibio como frío, así que lo podemos comer inmediatamente.















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