Tarta “Le Cordon Bleu” de chocolate amargo (6 meses de festín 2/3)





A pesar de todo lo que me gusta el chocolate, no suelo comer tartas de chocolate. En general, me resultan empalagosas y pesadas. Prefiero las que son más simples y saben realmente a lo que tienen que saber, a chocolate. Así, si queremos, las podemos acompañar de alguna salsa, helado o fruta.

Hace años compré un libro de tartas de la prestigiosa escuela de cocina “Le Cordon Bleu”.




Todas las tartas que vienen en este libro son buenísimas y salen perfectas, pero tengo debilidad por esta de chocolate.




Es rapidísima de hacer y da un toque de sofisticación como postre. A mí me gusta ponerla acompañada de alguna crema o salsa. Esta vez la he servido con  caramelo de mantequilla salada. Otras veces he hecho una crema de vinagre de Módena. Si tenemos muchos invitados, podemos hacer también una tarta de frutas, como la tarta Tatin, para que le dé un contrapunto ácido. Yo esta vez he optado por una lemon meringue pie. Creo que la combinación de las dos resultó muy acertada.






Ingredientes:
Una lámina de masa quebrada
200 g de chocolate de postres (o chocolate al 70%)
200 g de mantequilla
3 huevos
200 g de azúcar
75 g de harina
Cacao amargo en polvo para espolvorear
Azúcar glass para espolvorear (opcional)





Encendemos el horno a 200º.

Untamos un molde bajo redondo, aproximadamente de 30 cm de diámetro, con mantequilla. Colocamos la lámina de masa quebrada.




Hacemos una pequeña decoración doblando los bordes.







Pinchamos la superficie repetidas veces con un tenedor. Colocamos el papel de hornear por encima y, si queremos, unas legumbres para que hagan peso. 




Lo horneamos 10 minutos. Retiramos el papel y lo metemos al horno otros 5 minutos. Sacamos del horno y reservamos.




Derretimos el chocolate y la mantequilla al baño maría.




Cuando está listo, retiramos del fuego.




Batimos los huevos con el azúcar y la harina, hasta que esté cremoso.




Añadimos lentamente el chocolate con la mantequilla.




Vertemos esta mezcla sobre la base.




Horneamos unos 20 minutos, hasta que al pinchar un palillo sale seco.




Desmoldamos y dejamos enfriar.




Después espolvoreamos cacao y azúcar glass. Para dibujar las rayas, pongo una cartulina sobre el lado donde no quiero que caiga el espolvoreado.





Se puede hacer también la mitad con cacao y la mitad con azúcar. Al final, sobre la parte de cacao se echa un poco de azúcar, y sobre la de azúcar un poco de cacao.





Es muy rica. Queda crujiente por fuera y muy cremosa por dentro.











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