Caracolas de canela y frutas pasas (Cinnamon rolls)





 

Antes hacía mucho caracolas (o espirales), tanto dulces como saladas. Seguía siempre una receta del libro que viene con la Thermomix. Las que más me gustaban eran las de salami y queso. Últimamente no las hago y mi hijo me lo estaba recordando. Y, en esto, una de mis blogueras favoritas, Mª José, de dit i fet, publicó en directo al paladar una receta de espirales con sobrasada. Me pareció que podían quedar riquísimas, así que compré una buena sobrasada. El caso es que nos comimos la sobrasada antes de hacer las espirales, y cuando la masa ya estaba reposando. Así que tuve que improvisar. Decidí hacerlas dulces. Siempre me han gustado los cinnamon rolls y busqué una receta para ver lo básico de su preparación. Elegí una de BBC GoodFood y le hice algunos cambios, básicamente para adaptarla a mi gusto y a lo que tenía en casa.

Para hacer la masa de brioche, esta vez no usé la receta del libro de la Thermomix, sino uno de la máquina de pan (el de "Bread mahcine easy" de Sara Lewis). La masa la hice en la máquina, aunque se puede hacer perfectamente a mano.




Esta receta de masa ya la había usado el año pasado, para hacer unos bollos de manzana y requesón. Los tomamos en el desayuno y estaban muy buenos.




Los cinnamon rolls son de origen sueco, donde se llaman kanelbulle. También hay una versión alemana. En estos países, suelen ir cubiertos de azúcar granulado. Yo los he tomado mucho en Estados Unidos e Inglaterra, donde es más habitual que vayan glaseados. Así es cómo los he hecho yo. En España también son habituales en las pastelerías, tanto con relleno de pasas como de crema pastelera.

Yo los hice bastante pequeñitos, para tomar con el café de media mañana. Con esta receta me salieron 40. Los llevé a mi trabajo. He de deciros que volaron. Todo el mundo dijo que estaban exquisitos. Para que me quedaran más redonditos y uniformes, los horneé en moldes de cupcakes. Esto no es necesario, salen estupendos sin ningún tipo de molde.






Ingredientes 
Masa:
170 ml de leche
2 cucharadas de mantequilla  sin sal(a temperatura ambiente)
50 g de azúcar
Un sobre (7 g) de levadura rápida de panadería (o una nuez de levadura fresca)
500 g de harina de fuerza
½ cucharadita de sal
2 huevos ligeramente batidos 




Relleno:
50 g de mantequilla sin sal
100 g de azúcar moreno
Una cucharada de canela en polvo
10-20 g de jengibre confitado (opcional)
100 g de orejones de albaricoque
100 g de frutas secas variadas


Glaseado:
100 g de azúcar blanquilla
Una pizca de vainilla
200 g de azúcar glass
Zumo de ½ limón


Yo eché los ingredientes de la masa, en el orden en el que aparecen en la lista, en la máquina de pan y elegí un programa de amasado.




Si queremos hacerlo a mano, templamos la leche con la mantequilla. Añadimos el azúcar y la levadura de panadería. En un bol ponemos la harina de fuerza y la sal. Hacemos un agujero y echamos la mezcla de la leche. Amasamos un poco, añadimos el huevo y seguimos amasando. Dejamos reposar, cubierta por papel film, hasta que doble su volumen.





Una vez tenemos la masa hecha, por uno u otro método. Enharinamos una superficie de trabajo grande y estiramos la masa con el rodillo, hasta obtener un rectángulo alargado.




Derretimos la mantequilla. Untamos toda la superficie de la masa con mantequilla. 




Después echamos el azúcar moreno y espolvoreamos de canela.




Picamos el jengibre y los orejones de albaricoque. Mezclamos con el resto de frutas pasas. 




Las echamos por encima de la masa.




Enrollamos la masa a lo largo, de manera que nos queda como un salchichón largo. 




Cortamos rodajas no muy gruesas, como de dos centímetros.




Si vamos a colocarlas en moldes de muffins, los untamos con un poco de mantequilla. Si no, preparamos una bandeja grande de horno con papel de hornear.

Vamos colocando las rodajas, de manera que se vea la espiral.




Las dejamos reposar en un sitio cálido una media hora. 




Transcurrido ese tiempo, tendrán un aspecto mucho más esponjoso.






Preparamos el horno a 175º. Cuando está bien caliente, metemos las caracolas unos 20 minutos, hasta que estén doradas.






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Mientras tanto preparamos un almíbar, mezclando el azúcar blanquilla con 120 ml de agua y un poquito de vainilla. Dejamos hervir 5 minutos a fuego lento.




Al sacar las caracolas del horno, las bañamos inmediatamente con el almíbar.







Las dejamos enfriar sobre una rejilla.








Una vez frías, preparamos una glasa, mezclando bien el azúcar glass, el zumo de medio limón y un poco de agua (como cuatro cucharadas). 



Pintamos con esta glasa la superficie de nuestros dulces. Quedan preciosas y riquísimas.










Las podemos servir metidas en papeles de magdalenas.







Comentarios

  1. ¡Qué buena pinta! Yo en Alemania las preparaba siguiendo para el relleno la receta de una compañera de piso: una mezcla de Créme Fraîche, bacon, queso philadelphia, cebolla picadita y perejil. Riquísimas

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    1. Pues las probaré con ese relleno. Las comimos en la facultad el viernes. Volaron...

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