Sun tea (té del sol)





Esta receta es tan trivial, que hasta me da corte ponerla. El caso es que a mí me encanta el té frío y no conozco a casi nadie que sepa hacer sun tea (té del sol). Así que os voy a explicar cómo prepararlo.

Yo tomo el té siempre sin azúcar. El té frío también me gusta así. Los tés fríos que venden ya preparados son todos muy dulces. Lo mejor es hacer el té en casa, porque podemos usar bolsitas de más calidad y de nuestro tipo preferido. Además, los podemos aromatizar a nuestro gusto.

El té del sol es una bebida muy californiana. Cuando estuve en California hace muchos años (ya os lo conté en la entrada de la mermelada de jalapeños y en la de la Chinese chicken salada), aprendí a hacer té del sol. Había una cadena de  supermercados, muy grandes y muy baratos, que me encantaba. Se llamaba Target. Ahora ya se ha extendido por todo Estados Unidos. Un día vi allí el recipiente para hacer el té del sol y me lo compré. Aunque parezca increíble, me lo traje en la maleta.

Realmente no hace falta ningún recipiente especial. Solo se necesita un bote grande de cristal.

Si alguna vez habéis intentado hacer té frío en casa, seguro que habéis hervido el agua, puesto las bolsitas de té, quitado las bolsitas después de un rato y enfriado el té. Lo que pasa, si lo hacéis así, es que se forma como una capa de grasita en la superficie del agua. Además, el té coge un sabor algo amargo.

Para hacer el té del sol no hay que hervir el agua. Se pone agua fría en el bote, se colocan las bolsitas y los aromatizantes que queramos (canela, hierbabuena,...).




Se pone el té al sol (o a la claridad, si no está muy soleado) durante una hora.




Se quitan las bolsitas y a la nevera.




Queda perfecto, nada de película de grasa ni de amargor.




Se conserva en perfecto estado varios días.




Yo usé té verde, que venía ya en las bolsitas aromatizado con canela y hierbabuena. A la hora de servir, le puse mucho hielo y un palito de canela.











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