Las tortitas son un plato muy familiar para mí. En mi casa siempre las hemos tomado para el desayuno en días especiales. Mi hermano Quique, que vive en Nueva York, es un auténtico especialista en hacerlas. Aquí os voy a dejar algunos de sus trucos para que queden perfectas.
Yo recuerdo que, de pequeña, había bastantes cafeterías en La Coruña que las servían con nata. La mayor parte de ellas ya no existen. Me encantaba ir a merendarlas. Te servían tres tortitas y un montón de nata y sirope, que yo elegía siempre de chocolate. Después las he tomado a veces en los Vips, pero no me gustan tanto.
Cuando voy a Estados Unidos siempre tomo tortitas algún día. Hay una cadena que se llama International House of Pancakes (creo que está en toda Norteamérica: Canadá, Estados Unidos y México), que tienen un montón de variedades exquisitas. Acabo de mirar el menú y tienen hasta “red velvet pancakes” y “NY cheesecake pancakes”. Hay también muchos “diners” (que son esos restaurantes que siempre salen en las películas norteamericanas, con una barra larga y unas pocas mesitas, donde sirven hamburguesas, sándwiches, alguna tarta, especialmente la de manzana, y litros de café) donde las sirven buenísimas. En principio, los “diners” eran restaurantes ubicados en estructuras prefabricadas, pero ahora se llama así a cualquier restaurante que sirva ese tipo de comida. He estado con amigos de Nueva York, en pleno Manhattan, desayunando en unos “diners” estupendos (en el Upper East Side con Mada, por la calle 34 con Sara y Ernesto). Estén donde estén, estos sitios siempre tienen mucho encanto. Prefiero mil veces desayunar ahí que en uno de una cadena que te puedes encontrar igual en cualquier ciudad, como Starbucks o, incluso, Le Pain Quotidien.
En casi todos los países hay tortitas de algún tipo. Las de sabor más parecido a los pancakes las he tomado en Holanda. Una vez más, me ha sorprendido el parecido que hay entre una palabra que allí usan (“pannenkoeken”) y “pancake”. Los pannenkooken holandeses se suelen tomar para cenar en múltiples variedades. Pero en cuanto al sabor, tomé en Utrech, en una feria popular, unas tortitas pequeñitas, llamadas “poffertjes”, que me supieron exactamente igual que las tortitas americanas. Son mucho más pequeñas y se hacen en una sartén especial, que tiene agujeritos pequeños donde se echa la masa. Se sirven espolvoreadas de azúcar glass. Las he visto servir también en algunas cafeterías en Amsterdam. A veces he visto vender las sartenes y he estado tentada de comprar una, pero me he resistido… Ahora estoy arrepentida, porque podría prepararlas para ilustrar esta receta.
Se me ocurrió hacer una búsqueda, para conocer un poco el origen de la palabra, y me he quedado abrumada por la información, de la cantidad de variedades de tortitas que se hacen en el mundo. Las más obvias ya las sabemos, los crepes franceses o los argentinos, las filloas gallegas, las tortitas asiáticas, las mexicanas, etc. Os dejo el enlace a la Wikipedia por si os interesa.
En Estados Unidos la manera más habitual de tomar las clásicas tortitas es con un poco de mantequilla y jarabe de arce (sirope). Las marcas más populares de sirope, como Aunt Jemina, ya no llevan jarabe de arce, sino que básicamente es jarabe de maíz. Incluso hay una versión light, totalmente aguada, que te arruina las tortitas. A mí me gusta más el jarabe de arce auténtico, pero he de reconocer que estoy en minoría. El sirope de Aunt Jemina lo podéis encontrar normalmente en el Club del Gourmet del Corte Inglés y algunas tiendas especializadas. El jarabe de arce también en tiendas especializadas y herbolarios. En Directo al Paladar, Minué da una una serie de explicaciones e indicaciones al respecto. Aunt Jemina y otras marcas también comercializan unos preparados para hacer tortitas, a los que ya solo hay que añadir agua (o agua y huevo). Pero, la verdad, con lo fácil que salen con la receta que os voy a dar, no veo la necesidad de comprar ningún preparado.
Yo tengo una sartén pequeñita que uso solo para hacer tortitas, así me aseguro de que la superficie está perfecta, sin ninguna rayadura (Primer truco Quique).
Si no tenéis ninguna sartén del tamaño, lo podéis hacer en una grande y echar un montoncito de masa del tamaño deseado. Como la masa es muy espesa, normalmente no se dispersa y salen bien. También se pueden hacer en versión mini, en Estados Unidos las llaman “silver dollar pancakes”, porque son del tamaño de los antiguos dólares de plata.
Las medidas que doy son para 6-8 tortitas medianas gorditas.
Ingredientes:
1 ½ tazas de harina de trigo normal
2 cucharaditas de levadura Royal
1 cucharadita de azúcar
1 cucharadita de sal
2 huevos
1 ¼ tazas de leche (también puede ser de leche de soja)
3 cucharadas de mantequilla derretida (también puede ser aceite, pero la mantequilla le da un sabor muy característico)
1 ½ tazas de harina de trigo normal
2 cucharaditas de levadura Royal
1 cucharadita de azúcar
1 cucharadita de sal
2 huevos
1 ¼ tazas de leche (también puede ser de leche de soja)
3 cucharadas de mantequilla derretida (también puede ser aceite, pero la mantequilla le da un sabor muy característico)
Lo primero que hago es derretir la mantequilla al fuego en la misma sartén donde voy a hacer las tortitas.
Batimos los huevos con la leche y añadimos la mantequilla derretida.
Echamos el resto de los ingredientes. Batimos hasta que todos los ingredientes están bien mezclados. Podemos hacerlo a mano o con una batidora de pala o varillas, pero nunca con batidora de brazo (Minipimer). También se pueden echar todos los ingredientes al mismo tiempo y batir. No hay diferencia en el resultado final, lo que os resulte más cómodo.
Una vez que tenemos la mezcla hecha, con un cucharón de servir la sopa, cogemos un cucharón de masa y lo echamos desde arriba, despacio, sobre el resto de la masa. Hacemos esto varias veces. Es para que la masa coja aire y las tortitas salgan más esponjosas (Segundo truco de Quique). Si tenemos tiempo, dejamos reposar la masa en la nevera, media hora o más. Yo siempre voy con prisas cuando las hago, así que nunca la dejo reposar y me salen estupendas.
Limpiamos con una servilleta de papel (o papel de cocina) la sartén, en la que habíamos derretido la mantequilla para quitar todo resto de grasa. No queremos hacer las tortitas con mantequilla, porque el sabor de la mantequilla quemada no es rico y, además, no quedaría el color dorado uniforme tan típico de las tortitas (Tercer truco de Quique). Yo antes las hacía echando mantequilla en la sartén y nunca me quedaban de color bonito, sino a manchas. Incluso si usáis un preparado, o aceite, y no tenéis que derretir mantequilla, os aconsejo que hagáis este procedimiento de derretir un poco de mantequilla y limpiar la sartén.
Echamos, a ojo, como ½ taza de masa para hacer cada tortita.
Tenemos la sartén con el fuego muy muy suave (Cuarto truco de Quique). Si no lo hacemos con fuego suave, se van a quemar rápido y no les va a dar tiempo a crecer.Veremos que empiezan a salir burbujitas en la superficie de la tortita. Buena señal. Esas burbujitas terminaran por abrirse y ser unos agujeritos. En ese momento veréis que la textura de la tortita ha cambiado, que se han secado los bordes de la parte de arriba.
Es el momento de darle la vuelta. Yo lo hago con una espátula de madera. No me gusta usar una de metal que pueda rayar la sartén. Como ya está prácticamente hecha, del otro lado solo hay que dejarla un momento. La sacamos, cuando vemos que ya se despega sin problemas de la sartén.
Me gusta servirlas con un poco de mantequilla por encima y acompañadas de siropes variados (arce auténtico, Aunt Jemina y chocolate).
Si tengo invitados, preparo también nata montada, porque a mucha gente le gustan con nata. La nata la monto con muy poco azúcar y un toque de vainilla. Sobre las tortitas se pueden hacer muchas variedades, como ya os dije al principio. Yo voy a hacer unas, en el siguiente post, de trigo sarraceno y avena.
He dado tantas explicaciones que puede parecer que es difícil hacerlas. Todo lo contrario, es facilísimo. Pero, si tenéis cuidado con varios detalles, vuestra tortitas pueden salir no buenas, sino perfectas como las de mi hermano Quique.
Una última cosa. Si os sobra masa, la podéis guardar en la nevera y hacer en otro momento. Pero, como eso suele dar pereza, os recomiendo que las hagais todas. Las tortitas frias están muy ricas y se pueden comer en cualquier momento. Las podéis conservar en una bolsa de plástico con cierre o en un plato cubierto de papel film (Quinto truco de Quique).
Que buenas! Yo no me complico tanto, hago la masa en la thermomix y las hago en la plancha sin mantequilla, en la princess no se pegan... Eso sí una buena ración de nata y caramelo.
ResponderEliminarSeguro que salen bien con la Thermomix. No lo había pensado, es que uso la amasadora para casi todo. Quique creo que usa ahor también la plancha.
Eliminarcomo se hace la masa
ResponderEliminardios k pintaza...
ResponderEliminarHola Marga, ya tengo la receta perfecta para el desayuno de mañana.
ResponderEliminarHe perdido mis apuntes, donde tenía anotada mi receta y ya sé, cuando quiero preparar una receta americana, que no hay nada mejor, que venir a tu blog.
Besotes, mi niña, feliz semana.
Gracias, Nuria. Un beso
EliminarHola Marga, hoy las he publicado en mi blog.
EliminarPor si te apetece pasarte.
Besotes, mi niña.
Ahora mismo voy a verlas. Un beso
EliminarMuy ricas estas tortitas, hace tiempo que no las hago
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