Torta de manzana y almendra (sin lácteos ni gluten)






Me gustaría saber la razón de que unas fotos de comida nos llamen tanto la atención y otras, en principio muy apetitosas, nos resultan indiferentes. A veces cuelgo recetas en el blog que me parecen que van a ser un éxito total y nadie las mira. En cambio, otras recetas que dudo si colgarlas, por lo simples, se convierten en algunas de las entradas más vistas. El caso más exagerado para mí es el de las tiras de pechugas de pollo. De lo sencillas que son, me daba hasta vergüenza colgarlas y la foto es de lo más normalita. Pues es la tercera receta más vista de este blog...

El caso de los lemonies es también muy especial. En cuanto los vi en el blog de Bakerella me entró la urgencia por hacerlos. Y, así que los publiqué, se convirtió en la receta de la que más fotos me habéis mandado. Y todo el mundo comentaba que había sido un éxito rotundo en su casa.

Pues bien, esta torta (tarta o bizcocho) que os pongo hoy fue una de esas recetas que me llamaron inmediatamente la atención. La publicó Nigella Lawson (una de mis cocineras mediáticas favoritas) en su Facebook. Yo la compartí en el mío, diciendo que me faltaba tiempo para hacerla, y ¡a las dos horas! mi cuñada Denise me escribió un whatsapp en el que ponía que ya la estaba haciendo, aunque con anacardos, que es lo que tenía en casa.




Le quedó con una pinta tan apetitosa que ya hice yo la mía al día siguiente (después de comprar las almendras). 

Es una maravilla de tarta. Como nos gustan, fácil, sin ingredientes raros y riquísima. Además, la única grasa que lleva es la de los frutos secos, ni mantequilla ni aceite. Estoy deseando hacer su versión vegana. También quiero probar a añadirle harina de maíz, porque me recordó un poco a la torta de maíz.




Ingredientes:
3 manzanas grandes (reineta u otra variedad que nos guste)
Un limón
300 g de azúcar moreno
400 g de almendras enteras (o 350 g de almendras en polvo y 50 g en trozos o laminadas)
8 huevos
Un poco de mantequilla o almendra para engrasar el molde
Una cucharada de azúcar glass (o blanquilla)






Pelamos las manzanas y las partimos en trozos pequeños. Las ponemos en una cazuela.




Rallamos la piel del limón y reservamos la ralladura.




Añadimos dos cucharadas del azúcar moreno a las manzanas.




Exprimimos el jugo de limón y ponemos una cucharada con las manzanas.




Ponemos la cazuela a fuego suave y dejamos tapada hasta que se ablandan las manzanas. Depende del tipo de manzana, pero tarda unos 10 minutos. Dejamos que enfríen.




Encendemos el horno a 180ºC, sin gratinador.

Si tenemos almendras enteras, reservamos 50 gramos y molemos el resto hasta tener un polvo fino. Los 50 g restantes los picamos en trocitos.




Hacemos un puré con las manzanas. Batimos los huevos. Mezclamos el puré de manzanas, los huevos batidos, el azúcar y las almendras molidas.












Engrasamos un molde redondo y echamos la mezcla. Puede parecernos que la mezcla está muy líquida, pero es así.




Metemos al horno hasta que esté dorado por arriba, unos 10 minutos. Sacamos y ponemos las almendras. Espolvoreamos con el azúcar. Volvemos a colocarlo en el horno, cubierto con papel de hornear. Dejamos hacer otros 20 o 30 minutos, hasta que al introducir un palillo en el centro sale seco. Si las almendras no están tostadas, quitamos el papel y horneamos uno o dos minutos más hasta que se doren.








Dejamos enfriar un poco y desmoldamos. Este pastel está muy rico templado.










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