Casitas de jengibre para colgar







En mis años de estudiante en Salamanca me aficioné a las revistas de cocina. Una afición rara para una estudiante de filosofía. Ahora la cocina, y todo lo relacionado con ella, está muy de moda. En los años 80 no era así. Eran los años de la movida y la gente pensaba en cualquier cosa menos en cocinar. Yo tenía una compañera de la facultad, Pura, unos años mayor que yo y profesora de matemáticas en un instituto. Tenía mucho gusto para la decoración y el piso más bonito que yo conocía. Un día, en 1985, me enseñó una revista de cocina que había comprado. Era un suplemento de la revista "Ser Padres". Con eso os lo digo todo.




El caso es que me gustó tanto que fui corriendo a comprármela. Era el tipo de recetas que yo quería hacer. Todavía la conservó. Creo que he hecho casi todos los platos que vienen en ella. En su momento, celebré una fiestita en mi apartamento con ensaladas y picoteo que saqué de ella.

Con eso empezó mi afición a las revistas de cocina. Cuando me vine a vivir a Tenerife, con la suerte de que aquí se pueden conseguir muchas revistas extranjeras, esa afición se traslado básicamente a las revistas de cocina francesas. Ahora, gracias al kindle, las que más sigo son las norteamericanas en versión electrónica. Pese a ello, cuando veo en algún quiosco alguna interesante la cojo. Una de mis favoritas, aunque no es solo de cocina, es el Marie Claire Idées. Siempre tiene ideas muy originales y sencillas. No me gustan las cosas excesivamente recargadas. Y menos últimamente, que estoy en plan minimalista.

Las galletas de jengibre para colgar me conquistaron desde la portada de la revista. Había montado ya las casitas de jengibre con Ulises, con galletas compradas, y tenía ganas de hacer yo galletas de jengibre. Me parecieron muy elegantes.




La verdad es que me encantó hacerlas. No utilicé ningún molde, sino que corté la masa con el cuchillo. Utilicé mi masa de las galletas de jengibre. Esta masa no mantiene la forma perfecta, pero creo que así me gusta más, porque les da un aspecto más hogareño. La decoración lleva su tiempo, porque tiene muchos detalles, pero es entretenida ya que se puede ir improvisando.

Hice ocho y las regalé todas. Aquí podéis ver la foto que me mandó, una de las destinatarias, de la casita colgada en su árbol.




El procedimiento para hacer las galletas es el mismo que os explico en el de las galletas de jengibre para decorar. Usé solo una de las planchas que hice de masa (es decir, un tercio de la masa). Me salieron 8 casas. Con las tres planchas, me hubieran salido 24 casas. 

Antes de empezar a cortar, encendemos el horno a 175º C, sin gratinador.

Cogemos la plancha de masa congelada. Para hacer las casas, en lugar de los cortadores de galletas, usamos un cuchillo y una regla para cortar las galletas. Yo no encontré ninguna regla y usé una caja para marcar las líneas. Les damos las formas a los tejados de la manera que nos guste. Yo hice tamaños de casas y tejados diferentes para que el resultado fuese más variado.
















Hacemos un agujero en el tejado para colgarlas. Yo lo hice con un tubo de cristal, pero podéis usar una pajita.




Yo volví a meterlas 5 minutos en el congelador antes de pasarlas a la bandeja de horno (cubierta con papel de hornear), porque es una masa muy blandita y se rompían.

Las horneamos durante 10-15 minutos hasta que estén doraditas alrededor.






Dejamos enfriar. Una vez frías, podemos volver a meter en horno muy suave (25º C) durante una o dos horas para que se sequen bien.




Preparamos glasa textura gel en color blanco. La metemos en una boquilla del número 1 (o 2, si os resulta muy pequeña). Yo preparé mi revista y el ordenador con algunas fotos en Pinterest para tener ideas.

Encendemos el horno a 25º y empezamos a hacer los dibujos.














Cuando tenemos las galletas dibujadas, las metemos en el horno a 25º para que se sequen bien. Pueden estar varias horas, no pasa nada. Si vivimos en un sitio muy seco o caluroso, no hace falta hacerlo.




Dejamos enfriar sobre una rejilla.






Colocamos una cuerda para colgarlas. Os recomiendo que la utilicéis de un material natural. Yo usé bramante. Las hay también muy bonitas de lino o algodón.




Podéis ver cómo empaqueté las galletas en la entrada de un regalito de Navidad




Antes de empaquetarlas, o en cualquier momento, si notáis que están blandas, podéis volver a meterlas un par de horas a 25º C en el horno.
















Comentarios

  1. Qué bonitas!!! Estoy alucinada con toda la tanda de galletas que te has pegado. Estas me parecen un detalle precioso para decorar... porque comérmelas me daría mucha lástima :)
    besos guapa!

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  2. Aisha, me dio una especie de locura galletil 😊. Aún me falta por colgar las entradas de las de canela. Yo no me como ni una, me muero de pena, asi que las regalo todas. Besitos

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