Panna cotta vegana de chocolate






Hace meses publiqué una receta de panna cotta “super light” de té chai, que estaba hecha con leche desnatada y gelatina. Allí os contaba cómo conocí este rico postre italiano.

En el tiempo transcurrido desde la publicación de esa receta, me he aficionado, como sabéis, a la cocina vegana. Así que me apetecía preparar una panna cotta vegana. Esto significa que no podía llevar ni leche ni gelatina. La gelatina se sustituye por agar agar sin problemas. Últimamente no puedo vivir sin el agar agar en polvo. Es sencillísimo de usar, mucho más que la gelatina. Con él hago el pastel light de arroz con leche (sin arroz), uno de mis postres favoritos. Ahora lo hago con leche de soja, así que es completamente vegano y ligero. 

Mi panna cotta de chocolate no quería que fuera ligera. Al contrario. Quería que fuese un postre con bastante cuerpo. De esos que, cuando los comes, te parece que estás cometiendo un pecado. Por eso tenía que ser de chocolate. Ya os he contado muchas veces mi adicción al chocolate. Incluso tengo una receta de tarta para chocolate adictos, donde os cuento que mi bisabuelo, José Freire, tuvo una fabrica de chocolate. Justamente esta semana, en una página que se llama Memoria de Sada, encontré una foto del envoltorio de las tabletas de chocolate de su fábrica.




Y, también esta semana, vi una receta de panna cotta de chocolate en un libro maravilloso que me he comprado de postres de chocolate veganos. 






La receta no me convencía del todo, entre otras cosas, porque llevaba cacao en polvo. Yo quería usar una tableta de chocolate negro que me habían mandado los de chocolate Valor hace tiempo (y que tenía reservada para un postre especial). Pero en esa receta vi que usaban leche de coco. La leche de coco se usa en muchas recetas veganas para sustituir a la nata y funciona bastante bien. Probé y el resultado fue maravilloso. Creo que es la mejor panna cotta de chocolate que he probado nunca, tanto de textura como de sabor.

Por cierto, el precioso plato de la foto me lo regaló Eva. Es una colección de seis platos de postre, todos distintos, con motivos tropicales. El que elegí lleva un coco dibujado (aunque no se vea), así que es perfecto para esta panna cotta.



Ingredientes: 
500 ml de leche de coco
150 g de chocolate al 70% (sin leche)
3 cucharadas de azúcar moreno
Una pizquita de vainilla natural 
2 g de agar agar en polvo
Una cucharada de agua fría




Echamos en un cazo la leche de coco con la vainilla y el azúcar. Ponemos a fuego suave y revolvemos. Cuando está bastante caliente (casi hirviendo), añadimos el chocolate troceado. Seguimos revolviendo hasta que el chocolate se derrite. Disolvemos el agar agar en una cucharada de agua y añadimos. Mezclamos bien y apagamos el fuego.
















Yo cuelo la preparación para evitar cualquier posible grumo. También vierto en una jarra para que me resulte más fácil servir en las tazas.

Repartimos la preparación entre varias tazas que tengan el fondo redondeado. A mí me salieron cuatro, pero se pueden hacer más pequeñas. Dejamos enfriar. En un par de horas están listas.












Para desmoldar, pasamos un cuchillo con cuidado por el borde para despegar. Damos la vuelta y movemos un poco para que se suelte. 






Mirad qué apetitosas. Y ya veréis qué ricas están.











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