Café frío cremoso aromatizado






Hace muchos años, en un viaje a Nueva York, descubrí los cafés de sabores o cafés aromatizados. Había una cafetería en un centro comercial donde los vendían. No recuerdo el nombre de la marca, pero había un montón de sabores todo buenísimos: German chocolate cake, Irish cream, White chocolate y muchos otros. Estábamos haciendo una dieta (la Scarsdale) y, por la noche, nos tomábamos un café frío con edulcorante y un poquito de leche desnatada. Nos sabía de maravilla. Teníamos la impresión de haber tomado un postre muy rico.


Desde entonces me ha quedado la afición por los cafés de sabores. Ahora, en lugar de leche desnatada, le pongo leche evaporada. Sigo poniendo edulcorante, pero también podéis usar azúcar. Esta vez usé un café Godiva con sabor a avellana que es delicioso. Me lo regaló mi cuñada porque sabe que me encanta.




Si no conseguís café de sabor, podéis añadírselo vosotros al café normal. Una opción es con especias, como canela, jengibre, clavo, vainilla. En realidad, cualquiera que os guste. Otra opción es añadir media cucharadita de aroma líquido. Suele haber en la sección de repostería de las grandes superficies. 

De todas formas, ya empieza a haber en España cafés de sabores de varias marcas. También de Nespresso se comercializan unas capsulas que se llaman “variations”. Antes solo las vendían en navidades, pero ahora ya las tienen todo el año. 

Para preparar mi café cremoso hago una cafetera grande de café clarito. Yo uso una tipo “percolator” que compré en Estados Unidos. 




Vale también una tipo Melita o de filtro. Una vez hecho el café, pongo el edulcorante (la cantidad depende de cómo nos guste de dulce) y lo guardo en la nevera. Una vez frío, añado la leche evaporada hasta que queda de un color como de dulce de leche. 




Lo conservo en la nevera. Está muy muy rico. Me gusta servirlo en un vaso grande y bonito.






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