Tortitas de calabacín





En casa nos encanta el calabacín. Nos gustan especialmente los de color verde oscuro, finos y largos. Los tomamos normalmente a la plancha. Yo los hago casi siempre en tiras largas, cortando longitudinalmente el calabacín. Intento que queden marcadas las rayas de la plancha. Al sacarlos, les pongo sal en escamas. Tan simples y me parecen un auténtico manjar.

Ahora he empezado a ponerlos algunas veces en rodajas. Un día, mi amiga Esther nos los sirvió así y mi hijo dijo que estaban mucho más ricos que los míos. Así que alterno las dos maneras de cortarlo.

Esta vez me apetecía hacer algo diferente, así que, basándome en una receta de fritos de calabacín de Martha Stewart, he hecho estas tortitas. Les he puesto espelta, que ya os expliqué el otro día lo que era, y a la que me estoy aficionando. No os podéis imaginar lo ricas que estén. 

Las podéis poner de acompañamiento de infinidad de platos. Sirven también como primero o aperitivo. Están también buenísimas frías, así que también se pueden poner en un buffet o cena fría.

Yo las tomé con unos filetes de ternera en trocitos con un toque tailandés.




Ingredientes:
3 calabacines medianos
Un diente de ajo
Medio manojo de perejil fresco (o una cucharada de seco)
2 huevos
Una taza de espelta (o de harina de trigo normal)
Una cucharadita de sal
Ralladura de un limón
2 cucharadas de aceite




Rallamos el calabacín y picamos el diente de ajo y el perejil. Yo lo hice todo junto en la Thermomix a velodidad 4. El ajo y el perejil se pueden picar a mano. El calabacín se puede rallar con un rallador manual o en cualquier picadora.




Batimos los huevos ligeramente y los añadimos a la mezcla anterior.




Echamos también la harina, la sal y la ralladura de limón. 




Mezclamos todo bien, hasta que no nos queden grumos.




En una sartén grande ponemos las dos cucharadas de aceite. También se puede hacer en plancha sin aceite.




Vamos echando masa a cucharadas, dejando bastante separación entre ellas para que no se peguen. Lo hacemos a fuego medio hasta que están doradas por abajo, como un par de minutos. Les damos la vuelta y dejamos que se doren por el otro lado, un minuto más.




Vamos haciendo por tandas hasta terminar toda la masa.






Yo las serví acompañadas de trocitos de filete de ternera lechal con un toque tailandés. Para hacerlos, corté los filetes en trocitos. Puse un par de cucharadas de aceite, los eché, salé y dejé que se hicieran, removiendo de vez en cuando. Cuando estaban casi hechos, les puse una cucharada de salsa de pescado tailandesa y otra de salsa de soja. Podéis echar sólo salsa de soja, si no tenéis la de pescado. Ya os expliqué en las recetas de cocina tailandesa lo que era esta salsa de pescado. Aunque parezca raro, le da un toque muy bueno a la carne. En casa les encantó.





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