¡Ha llegado el momento!
Hemos hecho las galletas de chocolate de corazones,
hemos preparado la glasa para decorar galletas (tanto de borde como de relleno) y ahora llega lo más divertido, decorar las galletas.
Para decorar las galletas se necesita tiempo y paciencia. Necesitáis tener por delante una tarde muy larga o, preferiblemente dos tardes. No es algo que se pueda poner uno media hora y hacer. Ni siquiera es algo que se pueda poner uno dos horas y hacer. Si no tenéis tiempo por delante ni paciencia, os recomiendo que decoréis las galletas con fondant y glasa o que hagáis unas decoraciones rápidas con glasa.
Pero si tenéis tiempo y paciencia os animo a que las hagáis. De verdad que se pasa un buen rato y sin pensar en nada más, excepto en cómo decorará la siguiente galleta...
Antes de poneros a decorar, tenéis que buscar algunos diseños que os sirvan de orientación y de inspiración. No os pongáis a decorar galletas a ver que sale. Lo más fácil es que salga un churro...
Una vez decididos los diseños y ya dispuestos a decorar, lo primero que tenemos que hacer es colocar las boquillas a las mangas. Mucha gente hace los bordes con la boquilla del número 2, pero yo encuentro que es más fácil y queda mejor con las boquillas del número 3. La boquilla del número 2 la reservo para las decoraciones finales. Pero bueno, esto ya es un poco de manías personales.
Cortamos la punta de la manga, con cuidado de no cortar de más.
Desenroscamos el portaboquillas, si tenemos.
Colocamos la boquilla elegida y enroscamos el portaboquillas.
Así con todas las mangas que tengamos.
Cogemos una galleta y delineamos con la manga pastelera el borde de la misma. Para ello colocamos la manga pastelera con una leve inclinación, como de 45º, y procedemos despacito sin tocar la galleta. Si no hemos usado nunca la manga, lo mejor es que hagamos primero unas pruebas sobre papel para no arruinar ninguna galleta. Dibujamos un corazón en un papel (podemos usar el cortagalletas como guía) y lo delineamos. No os desesperéis si a la primera os sale un desastre. En seguida se coge práctica.
La galleta debe de quedar perfectamente delineada, sin ningún hueco, porque si queda alguno, se escapará por ahí la glasa fluida. La glasa de borde es como un muro que impide que la glasa fluida, que ocupa toda la superficie de la galleta, se caiga.
Una vez delineado el borde, procedemos al relleno con glasa fluida. Echamos bastante glasa para cubrir el interior de la galleta, aunque no la acercamos mucho a la línea que la rodea, para que no se desborde la glasa.
Con ayuda de un palillo, empujamos con cuidado la glasa para rellenar los posibles huecos.
Y, con el palillo, acercamos la glasa hacia los bordes.
Ya nos habrá quedado la superficie de la galleta totalmente cubierta y brillante.
A mí los diseños que más me gustan son los de fondo sencillo con las decoraciones finales por encima de ese fondo. Creo que quedan más elegantes que las galletas muy sobrecargadas. Así que continúo rellenando todas las galletas. Podemos hacer varias de un tirón. Tardaremos menos tiempo. Primero les ponemos el borde.
Después rellenamos. Tampoco haremos así un número excesivamente grande de galletas. Sólo 3 o 4 para que el borde no se seque mucho antes de echar la glasa del centro.
Dejamos las galletas en un sitio donde no corran peligro, pues son muy delicadas en este momento que la glasa está muy blanda. Deben de reposar unas horas hasta que estén completamente secas. Solo entonces podremos terminar la decoración.
Seguimos decorando galletas en otros colores. Estas son pequeñas, por eso hago más a la vez.
Primero el delineado.
Después el relleno.
Y más colores...
Y también los corazoncitos minúsculos.
Los dejo reposar. Pongo un euro para que veáis lo pequeños que son.
Una vez que hemos terminado las galletas, las dejamos reposar. Y nosotros descansamos. Lo ideal es dejarlas hasta el día siguiente. Si no podéis esperar tanto, dejadlas hasta que veáis que están secas, al menos 4 o 5 horas. La glasa se puede conservar hasta el día siguiente en la nevera. La glasa de borde dura varios días en la nevera. La glasa fluida, o de relleno, se estropea enseguida.
Una vez secas, empezamos la decoración de detalles. Ahora ya vamos a usar, normalmente, solo las mangas con la glasa de borde.
Podemos cambiar, si queremos, la boquilla para hacer las decoraciones finales. Si tenemos portaboquillas es fácil hacer el cambio. Si no tenemos, tendremos que pasar la glasa a otra manga con la otra boquilla. Para las primeras veces, yo os recomiendo usar la misma boquilla para todo. Creo que es más sencillo hacerlo todo con la boquilla del número 3. Yo es lo que hice las primeras veces.
Cuánto más gorda es la boquilla (número mayor) más fácil es trazar las líneas, que son más gordas. Con una boquilla pequeña trazaremos líneas más finas, pero eso puede gustarnos más o menos según la decoración elegida. Como yo he optado esta vez por hacer decoraciones con mucho detalle, voy a usar una boquilla del número 2 para el rosa y el morado y del número 1 para el blanco, con él que haré detalles muy pequeñitos. También os digo que es la primera vez que me atrevo con la boquilla del número 1, pero he quedado realmente contenta y sorprendida del resultado.
He descubierto recientemente los rotuladores de pintura comestible, que venden en tiendas de repostería. Estos rotuladores están muy bien, porque puedes delinear sobre la glasa seca dibujos con una plantilla. Así nuestros dibujos nos quedarán mucho más perfectos. Si no tenéis, no pasa nada, hacéis los dibujos directamente con la manga, como yo hacía hasta ahora.
A esta galleta le había marcado, cuando la horneé, un corazón en el medio. Ese corazón fue el que usé como base a la hora de proceder al delineado y relleno de corazón. Eso se puede hacer también con una galleta redonda que no tenga ningún dibujo marcado. Se puede delinear y rellenar cualquier dibujo. Por eso, las galletas redondas, y también las cuadradas, valen para cualquier tipo de decoración.
En esta galleta vamos a hacer un decoración, tipo encaje, con la manga por el borde del corazón. Dibujamos dos puntitos, un espacio, dos puntitos, hasta completar todo el borde del corazón. És la primera vez que hago decoración con puntitos. Se me ocurrió después de ver, en Blogueros cocineros (Canal Cocina), a las de Mensaje en una Galleta hacer unas galletas preciosas rodeadas de puntitos.
Entre los dos puntitos, colocamos, en la segunda vuelta, un tercer puntito.
Delineamos, con la manga, el corazón dibujado con otro color y le colocamos puntitos alrededor. Todas las fotos no se corresponden con la misma galleta (me olvidé de sacarlas), por eso en las dos del medio no aparece el corazoncito pintado.
Voy a hacer otro diseño parecido, pero con el borde más elaborado. A mí me gusta mucho hacer una serie de galletas parecidas, cambiando detalles y colores. Lo prefiero a hacer todas las galletas iguales o todas muy diferentes. Me gusta hacer una colección de galletas que combinen bien unas con otras, en el plato o para regalar en una cajita.
En este caso, he pintado puntitos equidistantes alrededor del corazón. En la segunda vuelta hago arcos que rodean los puntos. En la tercer vuelta, pongo tres puntitos encima de cada arco. Me encantan los puntos con la boquilla del número 1, porque parecen perlitas diminutas.
Al final le ponemos un dibujo en el interior. Esta vez sin plantilla.
Aquí podéis ver diferentes variaciones sobre este tipo de galletas.
Ahora vamos a ver como decoré algunos de los corazones lisos, que expliqué al principio de esta entrada.
A este le puse puntitos todo alrededor y le dibuje un corazón en el medio (con un rotulador de tinta comestible y un cortagalletas pequeño), que delineé y rodeé de puntitos.
Como me gustó el resultado, a este blanco le hice lo mismo.
Y en este, decidí estampar mi firma...
También decoré los corazoncitos diminutos con puntitos alrededor.
Y con dibujitos en el centro.
Este blanco sobre morado. Todos los corazoncitos pequeños los decoré en blanco porque era la única manga que tenía con una boquilla del número 1. Una boquilla mayor hubiera hecho lo puntitos demasiado grandes para un corazón tan pequeñito.
Fijaros en el tamaño sobre mi mano.
Hice también unas medianas. Aquí están sobre el platito de una taza de té.
Y estas otras que son muy muy pequeñas. La idea de hacer galletas minúsculas, se me ocurrió al ver unas preciosas de Bakerella.
Aquí los podéis ver al lado de una taza de té. Nunca había hecho galletitas tan diminutas y me encantó como quedaron. Además, es bastante sencillo y creo que muy lucido.
Y, para terminar esta entrada, os dejo unas cuantas fotos del resultado final, sobre el precioso portapasteles de tres pisos que me regaló mi amiga Esther. Podéis ver los diseños que os he explicado y algún otro. También podéis ver que hay corazones de muchos tamaños diferentes.
Espero que os hayan entrado ganas de hacer galletas. Creedme, es muy entretenido.
Todo el mundo me pregunta si no me da pena comerlas. Por supuesto que me da pena, así que no me las como... Las regalo.
Impresionantes, probaremos con la glasa, tendremos que comprar material....
ResponderEliminarGracias, Tata!! Seguro que os quedan genial. No es tanto material al final. Boquillas, mangas y colorantes. Mi madre tiene un poco de cremor tartaro, que te puede dar.
ResponderEliminar¡Una merecida mención en Paseo por la gastronomía de la red! ¡Menuda paciencia! Yo hice unas mariposas una vez, me ayudó mi novio a decorarlas, porque lleva tiempo, pero no va a volver a hacerlo, que es un hortera. ¡Me han encantado tus galletas!
ResponderEliminarGracias, Ane!! Me alegro que te hayan gustado. Les agradezco mucho la mención a los de Directo al paladar. Sólo llevo un mes con el blog y es muy estimulante...
ResponderEliminarSi quieres ver más galletas, puedes ir a mi página de facebook.
Bonita combinación de colores. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Elena!
EliminarAcabo de ver tus galletas y tienes auténticas preciosidades. Felicidades!!
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