Hay días que llegamos corriendo a casa y dispuestos a comer lo primero que encontremos por delante. Hay un montón de cosas que podemos cocinar en menos de un cuarto de hora, que están muy buenas y que son muy sanas. Una de ellas son las setas, que podemos preparar de mil maneras diferentes.
Ayer compré una caja enorme de setas, porque estaba de oferta en Makro. Y hoy, con prisas, me puse a prepararlas para comer. Los mejillones me encantan. Me gustaría poder comerlos siempre frescos, pero, como no los tengo cerca, los como en lata, al natural o en escabeche. Los mejillones son un alimento increíble, tienen mucho hierro (aunque menos que las almejas y los berberechos), muchas proteínas y apenas tienen calorías y grasa. Y, lo mejor de todo, es que son exquisitos. A la hora de comprar mejillones de lata, para mí lo más importante es que sean gallegos y que sean de tamaño grande (entre 8 y 12 por lata). No me gustan los mejillones enlatados pequeños. Pero podemos encontrar mejillones grandes en lata por menos de 2 €.
Ingredientes:
750 g. de setas
4 dientes de ajos
Una cucharada de aceite
3 latas de mejillones grandes al natural
Perejil
Sal
Lavamos las setas. Pelamos los dientes de ajo y los partimos al medio. Ponemos una cucharada de aceite en una sartén a fuego fuerte y doramos los dientes de ajo (si queremos, podemos echar un poquito de guindilla).
Añadimos las setas. Parecen muchas, pero van a disminuir mucho de tamaño. Echamos sal.
Las setas van a soltar mucha agua. No nos preocupamos.
Dejamos que el agua se vaya evaporando poco a poco, revolviendo de vez en cuando.
Mientras tanto, abrimos las latas de mejillones y escurrimos el agua. Si los mejillones tienen barbas, se las quitamos.
En aproximadamente 10 minutos se habrá evaporado el agua completamente. Añadimos los mejillones.
Echamos un poquito de perejil y lo dejamos un minuto más sobre el fuego y apagamos.
Hace un cuarto de hora que llegamos a casa, y nos sentamos a la mesa...
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