Galletas otoñales veganas con colorantes naturales








Cuando el año pasado hice las preciosas galletas otoñales, me quedé con ganas de hacer su versión con colorantes naturales. Este año no lo dudé y decidí inventarme una receta vegana. Para el color verde utilizaría té matcha, para el amarillo curcuma, para el marrón cacao y para el rojo remolacha. 




Cuando mezclé el cacao con la masa, vi que quedaba un color como granate. Decidí no usar la remolacha y quedarme solo con cuatro colores. La masa está hecha con mantequilla de anacardos, una de mis favoritas. Me parece que le da un sabor riquísimo. Los colores quedaron menos intensos que el año pasado, pero a mí me parece que también muy bonitos, como de camuflaje.

A última hora, se me ocurrió poner también un poco de especias de curry con la curcuma. Días antes habíamos estado cenando en el Haydée y nos habían puesto un postre con curry que estaba delicioso. Me pareció una excelente idea. Por cierto, también nos pusieron una lasaña, con bechamel de hojas de lima, impresionante.















Ingredientes: 
300 g de mantequilla de anacardos
200 ml de aceite de girasol
350 g de azúcar blanquilla
600 g de harina integral
1/2 cucharadita de vainilla en polvo
1/2 cucharadita de sal
Una cucharadita de mezcla de especias (canela, clavo, nuez moscada, ...)
Una cucharada de té matcha
3/4 cucharada de curcuma
1/4 cucharada de curry en polvo
Una cucharada de cacao en polvo








Batimos la mantequilla de anacardos con el aceite, el azúcar y la vainilla hasta que esté una mezcla homogénea.








Añadimos la harina y la sal. Batimos a velocidad lenta hasta tener una masa compacta. Si es necesario, añadimos más harina.









Dividimos la masa en cuatro o cinco bolas del mismo tamaño (o tantas bolas como colores vayamos a utilizar).

Colocamos cada bola sobre una hoja de papel de hornear. A una de ella le añadimos las especias, a otra el té matcha, a otra la curcuma y el curry y a otra el cacao. Yo añadí especias a dos porque quería que hubiera más cantidad de ese color y sabor. Amasamos hasta que el color está bien distribuido por toda la masa.


















Dividimos cada bola en dos, y después en otras dos. Necesitamos cuatro bolas de cada color. Repetimos con todos los colores.

Juntamos cada una de las bolas de un color con una diferente de cada otro color. A mí me salieron 10 bolas.

Cogemos cada bola de estas bolas combinadas, la dividimos en cuatro trozos y los volvemos a juntar para formar una nueva bola. Repetimos varias veces hasta que nos queda tipo mármol, pero sin amasar para que queden vetas bien definidas de cada color. Repetimos con todas las bolas de colores combinados.










Laminamos cada una de las bolas sobre una hoja de papel de hornear. También podemos combinar distintas bolas en una misma lámina para que el efecto camuflaje sea mayor. Extendemos con un rodillo, cubriendo la masa con papel film. Metemos las láminas en el congelador hasta el momento de cortar y hornear.










Para hornear, encendemos el horno a 175ºC.

Podéis ver instrucciones más detalladas de cómo cortar y hornear galletas en esta otra entrada.

Elegimos los cortadores y cortamos la masa mientras está aún congelada. Si no está muy fría, perderán la forma las galletas.

Pasamos las galletas a una bandeja cubierta de papel de hornear, dejando una separación de aproximadamente un centímetro entre las galletas. Si los moldes no tienen marcas interiores, dibujamos con la punta de un cuchillo detalles.












Horneamos hasta que las galletas estén secas, unos 15 minutos. Sacamos y dejamos secar sobre una rejilla.

Una vez frías, si las queremos conservar varios días, volvemos meter en el horno a 40ºC durante una hora. Volvemos a dejar enfriar y las guardamos en un bote hermético.


















Comentarios