Budín de platano







Cuando estudiaba en Salamanca, una compañera me explicó cómo hacer el budín que le había enseñado a hacer una señora inglesa. No recuerdo bien sus instrucciones. Básicamente llevaba pan, huevo y leche. En mis tiempos de pisos de estudiante de Salamanca, donde nunca nos sobraba el dinero y muchas veces teníamos restos de pan, hice muchas veces budines de postre.

El budín (o pudín) es un clásico de la cocina de los países anglosajones. Puede ser tanto dulce como salado. Básicamente es un plato cuajado, al fuego o al horno. Uno de los más populares es es budín de pan, aunque hay muchos otros.

Hace unos días estaba en un apartamento en el sur de Tenerife. Se nos había quedado una barra de pan dura. Pensé en hacer torrijas, pero me acorde de que  hacía mucho que no preparaba un budín. Además, tenía muchos plátanos maduros, así que podía hacer un budín de plátano. Dicho y hecho.






Como no tenía receta ni recordaba cantidades, decidí guiarme por las del flan de mi madre (que es exquisito y todavía no he publicado). Ella usa un litro de leche, 8 huevos y 8 cucharadas de azúcar. Yo decidí usar la mitad. El resultado es un budín riquísimo, con un sabor entre flan y torrija.





Ingredientes:
1/2 litro de leche
Cáscara de un limón
Un palo de canela
Una barra de pan duro (o fresco)
4+4 cucharadas de azúcar
5 plátanos maduros
4 huevos





Calentamos la leche, con la cáscara de limón y la canela. Cuando hierve, apagamos y reservamos.

Encendemos el horno a 160ºC.

Cortamos el pan en rebanadas y le echamos la leche por encima. Dejamos reposar.











Hacemos un caramelo con el azúcar. Para ello, ponemos el azúcar en una sartén y hacemos a fuego moderado, dando vueltas constantemente hasta que se hace un caramelo de color dorado. Retiramos del fuego y echamos sobre la base de una fuente o molde resistente al horno. Movemos el molde para que se reparta el caramelo. No lo tocamos con nada. Da igual si no cubre toda la base.

Partimos los plátanos en rodajas y las colocamos cubriendo toda la base del molde.

















Batimos las yemas con el azúcar.

Desmenuzamos el pan con las manos o con un tenedor en la leche. No trituramos. La idea es que queden trocitos. A mí me parece más rico así, porque es más como torrija. Retiramos la cáscara de limón y la canela. Si vemos que está seco algún trozo, añadimos un poquito más de leche.

Añadimos las yemas y el azúcar al pan con leche. Mezclamos y echamos todo en el molde.

Metemos al horno hasta que cuaje, entre 20 minutos y media hora.























Sacamos, damos la vuelta y comemos caliente o frío. A mí me gusta muy frío, de la nevera.

















Comentarios