Pastel vegano de calabaza y nueces de pecán





El cuarto jueves de noviembre se celebra, en Estados Unidos, Thanksgiving (Día de acción de gracias). Yo nunca he pasado este día allí, pero como tengo familia norteamericana y cualquier disculpa es buena para meterme en la cocina, siempre hago algo especial para cenar. Además, este año con el Festín no podía dejar de pasar la ocasión. Sabéis que estoy suscrita a varias revistas de cocina norteamericanas en mi Kindle, así que los números del mes de noviembre venían cargaditos de los platos típicos de estas fechas: Pavo de mil maneras, salsas, tartas de calabaza, “pies” de nueces pecán y muchas otras cosas. Yo voy a hacer pavo, pero no un pavo entero. Eso lo dejo para el día de Nochebuena. Ya os di la receta, aunque la tengo que actualizar estas navidades, que está muy cutre. Haré unos muslos al horno, porque solo somos tres en casa este día.

Sobre la tarta, llevo días y días dándole vueltas. Estaba casi decidida a hacer un cheesecake de calabaza y nueces de pecán. Incluso se me pasó por la cabeza hacer brownies de cheesecake de calabaza o una pie de pecán y chocolate, pero me pareció demasiado. También una pie sencilla (tipo el apple pie) de crema de calabaza y pecán. La he hecho otras veces y está muy rica. Al final decidí que haría algo ligero y vegano, un flan de calabaza. Se me ocurrió que podía condensar la leche de avena (a la que encuentro con muy poca consistencia), dejándola hervir con especias.  La calabaza la haría al horno. Se puede cocer, pero absorbe mucha agua y prefería que cogiera el sabor de la leche especiada. Espesaría el flan con agar-agar. Saqué la foto de los ingredientes y me puse a preparar la leche y la calabaza. 




En algún momento, cambié de opinión y lo que había empezado como la elaboración de un flan, terminó en un bizcocho 100% vegano. En lugar de harina de cereal, usé harina de coco y nueces de pecán en polvo. Quedó riquísimo, con una textura muy jugosa, tipo budín. Hice tres pequeños, uno para nosotros y dos para regalar. Como doy todas las cantidades en tazas (240 ml) es muy fácil reducir las cantidades usando una taza más pequeña. Creo que en forma de muffins puede quedar también muy bien.

Podemos cubrirlo con alguna crema de cobertura, espolvorear con azúcar glass o bañar con un poco de jarabe de arce. Yo uno de los que regalé lo caramelicé con azúcar moreno quemado con soplete. Era para un inglés y me pareció que le gustaría ese aspecto de “Christmas pudding”. Me hubiese encantado prepara uno cubierto de merengue italiano, al estilo de la "lemon meringue pie". Si alguien quiere hacerlo, seguro que está buenísimo. Aunque claro, con la clara de huevo ya no será vegano. También se puede preparar una cobertura con leche de coco batida con azúcar y vainilla. Yo lo como solo, porque me encanta ese saborcito a pecan y calabaza y lo jugoso que está.






Ingredientes:
2 tazas de nueces de pecán (o nueces normales)
2 tazas de harina de coco (o harina integral)
Dos cucharaditas de levadura química (tipo Royal)
½ cucharadita de bicarbonato sódico
3 tazas de puré de calabaza (calabaza al horno o cocida)
3 tazas de leche de avena evaporada especiada (o de leche de coco)
Una taza de aceite de girasol (o cualquier aceite vegetal suave)
Una taza de jarabe de agave
4 cucharadas de vinagre
Una cucharada de especias molidas (canela, jengibre, clavo, nuez moscada, cardamomo y vainilla)





Leche de avena evaporada especiada:
Un litro de leche de avena
6 granos de pimienta
8 semillas de cardamomo
8 clavos 
4 estrellas de anís
Una rama de canela
Una vaina de vainilla


Primero se prepara el puré de calabaza y la leche de avena evaporada con especias.

Para preparar el puré de calabaza, enciendo el horno a 175º. Pongo la calabaza en una fuente de horno con un dedo de agua, para que no se pegue. Horneo hasta que esté tierna, unos 45 minutos. Retiro del horno y, cuando está tibia, la pelo, la pongo en un bol y la hago puré. No hace falta que sea un puré fino, es mejor grueso y no homogéneo. Si veo que suelta agua, la tiro. Quiero que el puré esté lo más compacto posible.







Para hacer la leche especiada, pongo el litro de leche con las especias en un cazo. La vainilla la parto al medio y retiro con un cuchillo las semillitas. Echo en la leche tanto la vaina como las semillas. Pongo la leche a calentar. Cuando hierve, bajo el gas y dejo que se haga a fuego lento durante una media hora, hasta que ha disminuido un cuarto y ha cogido un color tostado claro. Apago y reservo sin retirar las especias.



 




Encendemos el horno a 175º.

Picamos las nueces, con un robot de cocina, hasta que queden completamente molidas. Ponemos en un bol la harina, las nueces, la levadura y el bicarbonato.








Colamos la leche de avena.




Ponemos en otro bol, bastante grande, el puré de calabaza, la leche, el aceite, el vinagre y el agave. 








Incorporamos la mezcla de nueces y harina. Añadimos las especias. Mezclamos con una espátula, sin batir. 








Engrasamos los moldes, si lo vamos a hacer tipo pastel. Rellenamos con la masa y metemos al horno.




Se hornea unos 45 minutos, hasta que empieza a dorarse por los bordes. Si lo hacemos tipo muffins, llegará con unos 20-25 minutos. 




Dejamos enfriar y desmoldamos con cuidado.












Comentarios

Publicar un comentario