Nueces de pecán caramelizadas a la mantequilla salada (y trocitos de caramelo)





Ya sabéis que tengo una especie de obsesión con el caramelo de mantequilla salada. Desde que lo conocí, se ha convertido en uno de mis sabores favoritos. Ya publiqué la receta de cómo preparar la salsa y la he usado alguna vez para acompañar a la tarta de almendra. También preparé las barritas de krispies al caramelo de  mantequilla salada.

Ahora os voy a explicar como hacer nueces de pecan caramelizadas. También se pueden utilizar nueces normales, ya que las de pecán son a veces difíciles de conseguir. Yo las compro en Madrid en una tienda de frutos secos que hay por encima del Parque del Retiro, al lado del Hospital del Niño Jesús.

Una vez hechas, las podéis conservar en un bote hermético en la nevera y usar en un montón de recetas (o comer tal cual, que están riquísimas). Yo las preparé para acompañar una tarta de filloas. Ya sabéis que la mezcla de dulce con un poco de sal funciona muy bien. Con el caramelo que me sobró, hice unos trocitos de caramelo duro que podéis usar para muchas cosas. Por ejemplo, para poner trocitos en unas cookies o, molido muy fino, espolvorear por encima de alguna crema o helado. Yo lo como tal cual. Me encanta así.

Para limpiar la sartén del caramelo endurecido, solo tenéis que echarle agua y ponerla al fuego hasta que se reblandece el caramelo. Si colocáis dentro la cuchara de palo, también eliminaréis los rastros de caramelo de la cuchara.



Ingredientes:
50 g de medias nueces de pecán enteras
100 g de azúcar
30 g de mantequilla
Una cucharadita de sal en escamas
Papel de hornear


Ponemos en una sartén el azúcar. Calentamos a fuego suave, revolviendo con una cuchara de palo, hasta que se hace un caramelo.




Añadimos la mantequilla, revolvemos y apagamos.




Echamos las nueces y mezclamos.




Cogemos una nuez con la cuchara de palo y la colocamos sobre el papel de hornear. Así con todas las nueces. No tocamos el caramelo, que quema mucho. Colocamos un poquito de sal encima de cada nuez.






El resto del caramelo lo derramamos sobre otro trozo de papel de hornear. Ponemos sal. Si se nos hubiese endurecido mucho el caramelo, lo podemos calentar un poquito antes de derramarlo.




Cuando se ha enfriado el caramelo, separamos las nueces y el caramelo del papel. El caramelo lo partimos en trocitos irregulares con la mano.








Guardamos en botes herméticos en la nevera hasta el momento de consumir.






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