Remolacha, batata y otras verduras al horno





Desde hace un par de semanas, estoy viendo en la televisión el programa "The Food Range Cook". En Canal Cocina lo llaman "La cocina natural de Annabel", nombre nada sugerente, por cierto. Annabel Langbein es de Nueva Zelanda y vive en una especie de rancho, al lado de un lago, con todos los ingredientes a mano. Pesca las truchas, coge las almendras de los árboles,... Le encanta asar las verduras recién cogidas en su inmenso huerto. Por su influencia hoy hice estas remolachas y batatas al horno. Están riquísimas.

Esta receta lleva remolacha, también llamada beterrada. La remolacha es la raíz de una planta, de la que también se pueden consumir las hojas, y es sanísima. No solo se puede comer cocida o asada, sino que cruda también está muy buena. Tiene una textura y sabor parecido al de la zanahoria. No sé si habéis leído que la remolacha cruda sube el nivel del oxígeno en sangre. Es por ello que, en las Olimpiadas de Londres, les daban zumo de remolacha a los atletas estadounidenses. Os dejo un artículo del New York Times donde lo cuentan. Además, he leído que el zumo de remolacha reduce la hipertensión arterial.

Como curiosidad, os diré que los pigmentos de la remolacha, aunque no son tóxicos, son indigeribles por el organismo humano. 

Yo eché también mazorcas de maíz (en Canarias, piñas de millo). No os lo recomiendo. Me quedaron excesivamente duras.

Estas verduras las puse como acompañamiento a unos pollitos tomateros asados. Otra manera de servirlas es añadiendo cuscús y tomándolas como plato único.


Ingredientes:
3 o 4 remolachas grandes crudas
2 o 3 batatas grandes (o boniatos)
Una cebolla
250 g de judías verdes mini (opcional)
2 cucharadas de aceite de oliva
2 cucharadas de jarabe de arce
Media cucharadita de sal
Una cucharada de vinagre de vino blanco




Encendemos el horno a 190º.

Pelamos las remolachas y las cortamos en trozos grandes, como de 2x2 cm.




Pelamos las batatas y las cortamos en trozos de tamaño similar a los de la remolacha.




Pelamos la cebolla y cortamos en gajos.




Ponemos las verduras en una fuente grande de horno. Es mejor que no pongamos unas verduras sobre otras. Se asan mejor si están todas sobre la fuente. Echamos el aceite, el jarabe de arce y la sal.







Mezclamos todo.




Metemos en el horno hasta que estén doradas, aproximadamente una hora. A mitad de horneado podemos revolverlas con una cuchara de madera, para que no se peguen.





Si queremos echarles otras verduras, que necesitan menos cocción (como judías verdes, espárragos o guisantes), las añadimos 15 minutos antes de terminar.






Pasada la hora, las sacamos del horno.




Una vez asadas, las rociamos con el vinagre.




Podemos servir en una fuente honda. Quedan muy ricas, con una textura como caramelizada.















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